La Compasion y el Trabajo con el/la Niñ@ Interior




Foto: Seraina Wams


Para una persona autocrítica y crítica como yo (fui), la compasión es un concepto muy lejano. Cuando tomamos contacto con el niño interior y miramos y validamos lo que sufrió, ejercitamos nuestra capacidad de ser compasivos con uno mismo y por ende con los demás. Cuando somos niños, nuestros padres son como dioses para nosotros. Dependemos 100% de ellos, física y emocionalmente. Ellos nos pintan el mundo según sus percepciones y experiencias. Y lo que es aun mas delicado: nos dicen con el trato que nos dan quienes somos, a lo que podemos aspirar, si merecemos ser amados o no, si somos valiosos, inteligentes, dignos de ser escuchados, respetados, etc , etc, etc o no.Tendemos a proteger y a justificar a nuestros padres. La religión y la sociedad nos han hipnotizado para que los idealicemos y no nos atrevamos a mirar y decir(nos) la verdad sobre como fuimos criados. Y cual es la consecuencia de esta negación? Que seguimos ciegamente pasando nuestras heridas a nuestros hijos y viviendo el script que recibimos de nuestras familias.

Podemos romper esta cadena de disfunción?
Un camino efectivo para hacerlo es mirar hacia adentro y tomar contacto con nuestro niñ@ interior. Ver lo que ese/a niñ© no recibió y tanto necesitaba y dárselo. La energía de nuestras partes infantiles y adolescentes están activas en nuestro inconsciente y a ellas se deben nuestras adicciones, patrones, creencias y reacciones. A través de ejercicios de relajación y meditación, podemos acceder fácilmente a esas partes, interactuar con ellas y actualizarlas. Es un proceso maravilloso que por un lado proporciona un medio para que la parte consciente (adulta) sepa de primera mano, cómo fueron las cosas y como el/la niñ@ se siente en ESTE MOMENTO y por el otro nos entrena a diferenciar la energía del adulto de la del/a niñ@.


Congelad@ en el tiempo
Muchas veces, no hemos procesado las experiencias dolorosas de la infancia y el/a niñ@ interior sigue congelado/a viviendo en el miedo, caminando sobre huevos, enfadado/a, solo/a, desesperado/a y hambriento/a de amor. Estas partes son muy poderosas y afectan nuestra vida emocional mas de lo que nos gustaría pensar.


Tomando las riendas de nuestra vida
Cuando conscientemente escogemos estar en la energía del adulto, para satisfacer las necesidades del/a niñ@ que en el pasado no fueron satisfechas, tomamos la responsabilidad de nuestra vida. No es el rol del/a niñ@ lidiar con un jefe abusivo o terminar con una relación toxica porque simplemente no esta preparado/a para ello. Nuestro rol como adulto en nuestro sistema interno es proteger a nuestro niño; darle amor y ofrecer comprensión y apoyo. El rol de nuestro/a niñ@ es disfrutar, jugar, crear, aprender, explorar y maravillarse de la magia de la vida. En una palabra, ser niñ@.


Una relación basada en el amor
Cuando se establece una relación basada en el amor entre estas dos energías internas, la vida se hace mas ligera, fluimos, nos amamos, dejamos de exigirnos ser perfectos/as, nos divertimos, somos espontáneos/neas, creativos/vas, nos sentimos bien con quienes somos y necesitamos cada vez menos de la aprobación externa; sabemos poner limites, escogemos relaciones sanas; cuidamos de nuestro cuerpo; Somos compasivos/as y nos perdonamos los errores fácilmente.


¿Cuánto tiempo tomará curar al(a) niñ@?
Esto varía según la persona, su grado de compromiso al trabajo y su historia personal. Lo importante es comenzar porque cada paso que tomemos en esta dirección, traerá un cambio positivo. Es una labor que demanda tiempo y dedicación. Los frutos superan infinitamente al esfuerzo requerido. Poder transformar a tu implacable critico/a interior en la voz de un padre o madre amoroso/a, paciente y listo a festejar tus logros y consolarte cuando algo doloroso te ocurre no tiene precio.




Popular Posts