Do you also wish that your parents were happy when you were a child?
Do you also wish that your parents were happy when you were a child?
ESPAÑOL ABAJO-----------------------------------------------------------------------------------
You are not the only one. We all wanted that. Very few had it. The history of humanity has not been a bed of roses. Our ancestors experienced famines, wars, abuses of all kinds, injustices, abandonments, violent deaths and more. That's where we come from. We are here because of them. We can be grateful for it without denying that this struggle left its mark on them and that some of their wounds and traumas were passed on to us. The generations that preceded us rarely had the space to look inward; choose not to repeat the form of parenting that made them suffer; expand their awareness and realize that children need much more than a roof and food to grow up physically and mentally healthy
If you've made it this far, you may have already begun to break the chain of toxicity in the family lineage or you are close to moving in this direction.
Here are some things that helped me and can help you in this process:
1. Become aware and responsible for your life. Stop feeling like a victim of your upbringing and start to investigate what happened, without justifying or condemning. (If we had been born into our parents' family, in the same body and under the same conditions, we would probably have been exactly like them.)
2. Make room to FEEL everything without judgment; sadness, frustration, hopelessness, fear, paralysis, depression, anger and so on. Find a compassionate witness to support you in this process, be it a coach, your Higher Self, God, etc.
3. Accept what happened to you and your life as it is. Mourn the childhood you did not have with compassion and take credit for having survived it in the best possible way.
4. Begin to treat yourself as you would like to have been treated then: with patience, respect, unconditional love, without judgment, trusting yourself and your process, admiring your uniqueness, comforting yourself and not waiting to be perfect or reaching certain goals to feel that you deserve to be loved.
5. Commit to a spiritual practice that keeps your heart open, grateful, compassionate, and helps you expand your consciousness. (Meditation is my favorite.)
6. Forgive yourself and others. Setting the intention to do so is already a great step that starts this process. Sometimes we think that to forgive is to condone the acts perpetrated. No, to forgive is to free ourselves from the pain that these acts continue to inflict on us. If you feel called to forgive yourself or others and you don't know how, write to me, I can support you in this.
A note for fathers and mothers
I am convinced that working to cut our negative generational programming is the best gift we can give our children and our lineage. That being aware of our inherited limiting beliefs will save our children a lot of work and suffering. Better still if we assure them that our unhappiness is not their fault, and that making us happy is not their responsibility.
Even though the fruits of my decades of internal work came, in palpable ways, when my son no longer lived with me, he is 26 now, I am convinced that my liberation has lightened the generational burden on him, in generations to come and even in previous generations, although I'm not going to go into detail about it.
I encourage everyone, especially the parents and parents of the future, to do their inside job. No matter how dysfunctional the families they were born into, when there is awareness, there is transformation. It is never too late to heal. The perfect time is TODAY. Let's answer the call of the soul that always wants us to reunite with our free-of-programming Self; with the Self that is already happy because it knows that what happened to us was and is a necessary part of our journey.
No eres el/la únic@. Todos deseábamos eso. Muy poc@s los tuvieron. La historia de la humanidad no ha sido un lecho de rosas. Nuestros antepasados vivieron hambrunas, guerras, abusos de todo tipo, injusticias, abandonos, muertes violentas y un sin fin de calamidades. De ahí venimos nosotros. Estamos aquí gracias a ellos. Podemos estarles agradecidos sin negar que algunas de sus heridas y traumas llegaron hasta nosotros.
Las generaciones que nos precedieron, raramente tuvieron espacio mental para mirar hacia adentro; optar por no repetir la forma de crianza que a ellos los hizo sufrir; expandir la conciencia de que l@s hij@s necesitan mucho más que un techo y un plato de comida para crecer san@s de cuerpo y mente.
Si has llegado hasta aquí, es posible que tú ya hayas comenzado a romper la cadena de toxicidad en el linaje familiar. Aquí te dejo unas cosas que me ayudaron a mí y pueden ayudarte en este proceso:
- Tomar conciencia y responsabilidad por tu vida. Parar de sentirte víctima de tu crianza y comenzar a investigar lo que pasó, sin justificar ni condenar. (Si hubiéramos nacido en la familia de nuestros padres, en ese preciso momento, con las mismas condiciones hubieras actuado exactamente como ellos.)
- Atreverse a SENTIR sin juicio: la tristeza, la frustración, la desesperanza, el miedo, la parálisis, la depresión, la rabia, etc. Buscar un testigo compasivo que nos apoye en este proceso, sea un coach o terapeuta, nuestro Ser Superior, Dios, etc.
- Aceptarnos y aceptar lo que pasó. Aceptar nuestra vida tal como es. Hacer luto por la infancia que no tuvimos con compasión y tomar crédito por haber SOBREVIVIDO de la mejor forma posible.
- Comenzar a tratarnos como quisiéramos haber sido tratados entonces: con paciencia, respeto, amor incondicional, sin juicios, confiando en nosotros y en nuestro proceso, admirando nuestra originalidad, consolándonos y no esperando a ser perfectos o alcanzar ciertos goles para sentir que merecemos ser amados.
- Abrazar una práctica espiritual que mantenga nuestro corazón abierto, agradecido, compasivo y nos ayude a expandir nuestra conciencia. Meditar diariamente es lo que yo más recomiendo (Y bailar por supuesto).
- Perdonar y perdonarse. Poner la intención de hacerlo es ya un gran paso. A veces pensamos que perdonar es condonar los actos perpetrados. No, perdonar es liberarnos del dolor que estos actos siguen infligiendo en nosotros.
Una nota para padres y madres
Soy una convencida de que trabajar en cortar nuestra programación generacional negativa, es el mejor regalo que podemos hacerle a nuestr@s hijo@s y a nuestro linaje. Que ser conscientes de nuestras creencias limitantes heredadas, les va a ahorrar a nuestr@s hij@s mucho sufrimiento y gran parte del trabajo. Mejor aún si les aseguramos que nuestra infelicidad no es culpa de ell@s y que hacernos felices no es su responsabilidad.
Aún cuando los frutos de mis décadas de trabajo interno, llegaron en forma palpable, cuando mi hijo ya no vivía conmigo, estoy convencida, (porque lo veo ;)), que mi liberación ha aligerado la carga generacional en él, en las generaciones por venir e incluso en las generaciones precedentes.
Animo a tod@s, más aún a los padres y madres; y padres y madres del futuro, a trabajar-se. No importando cuán disfuncionales sean las familias en las que nacieron, cuando hay conciencia, hay avance. Nunca es tarde para sanar. El momento perfecto es AHORA. Respondamos al llamado del alma que siempre quiere reunirnos con nuestro YO libre de programación; con el Yo que ya es feliz porque sabe que lo que nos tocó era y es parte imprescindible de nuestro camino.
